Aguas Claras
“¿Pórtate bien?" Algunas consideraciones en torno a la disciplina.
Ps. Paulina Montes.
Como padres, madres, cuidadores y educadores debemos enfrentarnos a la tarea de enseñarle a los niñ@s a comportarse de manera adecuada. Ninguno de nosotros nació sabiendo lo que es “portarse bien”, en la medida que vamos creciendo vamos conociendo lo que se espera que hagamos según nuestra edad y contextos.
Daniel Siegel y Tina Payne, autores de “Disciplina sin Lágrimas”, plantean que es difícil imponer disciplina a los hij@s y que muchas veces es una experiencia desagradable: “Ellos hacen algo que no deberían. Nosotros nos ponemos furiosos. Ellos se alteran. Hay lágrimas”.
Los autores dan cuenta de que la disciplina efectiva implica dos objetivos: 1) alentar la cooperación y 2) ayudar en la construcción del cerebro. Es decir, no sólo se trata de interrumpir o favorecer ciertas conductas, sino que también implica enseñar habilidades y fomentar conexiones neuronales que en el futuro ayudarán en la toma de decisiones y a la relación con el medio y otras personas. Proponen que antes de responder ante un mal comportamiento debemos dedicar un tiempo a tres preguntas:
¿Por qué, qué y cómo?
Supongamos que Juan de 4 años nos golpea.
1.- ¿Por qué mi hij@ ha actuado así? ¿Por qué me ha golpeado?
La primera pregunta no siempre es fácil de responder.
Por un lado, de modo reactivo podemos pensar “porque es un niño agresivo”, “me quiere provocar” y/o “soluciona todo a golpes”. Por otro lado, de modo receptivo podemos pensar el golpe como un medio inadecuado de expresión ¿qué me quiso expresar Juan? “Me ha pegado porque quería mi atención y no la tenía” y/o “me ha pegado porque está muy enojado conmigo”.
Desde el punto de vista del desarrollo los niñ@s no han desarrollado la capacidad de tranquilizarse sistemáticamente sin pasar a la acción, en este caso el golpe. Nos gustaría que pudieran calmarse por sí solos y desarrollaran pensamientos del tipo: “Mamá, en este momento estoy muy enojado porque tú me pides que espere y yo quiero tu atención inmediata. Es por esto, que siento un fuerte impulso a golpearte, pero he decidido no hacerlo y usar las palabras para que entiendas mi frustración”. Esto es algo que no va a pasar.
Los niñ@s no poseen esta capacidad reflexiva y frecuentemente recurrirán a golpear como estrategia para manifestar sus sentimientos de frustración e impaciencia. Lo importante radica en que requieren de nosotros, de tiempo y de ciertas destrezas para aprender a manejar de mejor manera la demora de gratificaciones. La posición receptiva nos permite responder con mayor eficacia y compasión.
2.- ¿Qué le quiero enseñar en este momento?
El aprendizaje no es que cada mala acción merece un castigo. Desde la posición receptiva debemos esforzarnos en mostrarle que para obtener atención y expresar su enojo existen mejores opciones que la violencia.
3.- ¿Cuál es el mejor modo de enseñar la lección?
La mejor alternativa es conectar y redirigir. Conectar significa dar atención, respetar lo suficiente como escuchar y transmitir apoyo nos guste o no su modo de comportarse. Cuando hayamos conectado, es decir, cuando hayamos logrado que los nñ@s estén tranquilos y así puedan oírnos y entender podemos redirigir, lo que significa guiarlos para encontrar una conducta más apropiada.
“Esperar no es fácil. Me imagino que te enojaste conmigo y me golpeaste porque quieres mi atención, ¿verdad?”
La cita anterior, por sencilla que parezca, implica validar y nombrar la emoción. Cuando tu hij@ esté más calmado y cuentes con su atención debes explicarle que pegar no estar bien y mostrar otras opciones.
“Yo puedo entender que te enojes, yo también me enojo muchas veces. Pero es importante que entiendas que pegarme a mí o a cualquier persona no está bien. Tenemos que buscar otras formas en las que puedas pedir mi atención”
1.- Algunos Consejos de la American Academy of Pediatrics (AAP)
a. Mostrar y decir. Es parte de nuestro deber poder explicarles lo que está bien y lo que está mal, hay que tener calma y paciencia. Además, es importante que podamos ser un ejemplo de aquellas conductas que esperamos que los niñ@s incorporen: Si queremos que un niñ@ coma toda su comida resulta incongruente no hacerlo nosotros mismos.
Si queremos que un niñ@ puede entretenerse más allá del uso de pantallas es importante que le mostremos, con el ejemplo y palabras, que hay otras opciones.
b. Ponga límites. Los límites son buenos y necesarios. Establecer e imponer límites no nos convierte en figuras autoritarias, frías o castigadoras. Debemos definir reglas claras y coherentes que los niñ@s puedan seguir.
Algunos ejemplos de reglas:
- En esta familia no nos pegamos.
- Al subirte al auto tienes que usar el cinturón de seguridad.
- La casa es un espacio común y es importante que esté limpia y ordenada para que todos podamos disfrutarla.
c. Determine consecuencias. De manera calmada y firme debemos comunicar las consecuencias ante la transgresión de los límites.
Por ejemplo, Pedro no quiere guardar sus juguetes, entonces lo primero sería expresar las razones por las que debe guardarlos.
“Necesito que guardes tus juguetes porque vamos a almorzar y la casa debe estar ordenada para que todos podamos disfrutar la comida. Si no los guardas los tendré que guardar yo y eso implica que: a) no los podrás usar más tarde o b) voy a estar muy cansad@ y no podremos jugar a lo que teníamos planeado.”
Es importante que llevemos a cabo la consecuencia estimada y que ésta no los prive de cosas que los niñ@s necesita para su sano desarrollo tales como jugar, comidas, cariño, etc.
d. Escuche bien lo que dicen. Escuchar es importante. Debemos tener la capacidad de escuchar los argumentos de los niñ@s antes de ayudarlos a resolver el problema.
Por ejemplo, Amanda ha estado muy peleadora con su hermana chica, es importante que podamos conocer las razones que motivan este tipo de conductas y no sólo mostrarle que eso está mal. Quizás Amanda está celosa y será necesario transmitirle que ella y su hermana son igualmente queridas, o quizás Amanda está irritable por el encierro y habrá que enseñarle a regular las emociones negativas sin dañar a otros o a sí misma.
e. Preste atención cuando se están portando bien. Generalmente señalamos a los niñ@s lo que está mal, dedicamos más tiempo a corregir ciertos comportamientos y no a elogiar lo que hacen bien. Es importante que les expresemos cuando algo está bien.
“¡Muy bien Pedro, guardaste todos tus juguetes sin que yo te lo tuviera que pedir!
¡Estaba rica la comida, qué bueno que te la hayas comido toda!
¡Hoy trabajaste muy bien en tus tareas, es un agrado acompañarte a aprender!”
f. Trate de estar siempre listo para cualquier problema. Debemos abordar con anticipación aquellas situaciones donde los niñ@s pueden presentar dificultades para regular su comportamiento. Es importante prepararnos y explicitar lo que esperamos de ellos/as.
“Mañana voy a tener una reunión de trabajo que es muy importante y necesito estar muy concentrado. Necesito pedirles que mientras dure mi reunión jueguen tranquilos. Por favor sin gritos ni peleas. ¿Les parece si elegimos algunos juguetes para que puedan usar?”
2. Algunas consideraciones según la edad de los niñ@s
Etapa Pre escolar
· Durante esta etapa los niñ@s aún están descubriendo cómo funcionan las cosas y el efecto de sus acciones. Gradualmente irán aprendiendo lo que está bien y es normal que pongan a prueba los límites establecidos.
· Es bueno asignarle tareas adecuadas a su edad como guardar sus juguetes. El buen comportamiento debe ser reforzados mediante elogios.
· Genere la posibilidad de elección: una opción es ordenar y la otra no hacerlo. Debemos orientar el comportamiento esperado y establecer consecuencias prudentes.
· Enseñe a su hijo a tratar a las otras personas como quiere que lo traten a él o ella.
Explíquele que puede sentirse enojado algunas veces, pero que no debe lastimar a alguien o romper cosas. Enséñeles cómo enfrentar sus sentimientos de ira de manera positiva, como hablando sobre lo que les molesta.
Etapa Escolar
• Los niñ@s tienen una mejor comprensión sobre lo bueno y lo malo. Es importante ayudarlos a desarrollar este criterio, para esto se recomienda exponer y analizar opciones ante distintas situaciones. Muchas veces los cuentos nos permiten fomentar la capacidad de reflexión y mostrar un abanico de opciones ante ciertas conductas.
• Construyan en conjunto acuerdos de convivencia y reiteren los límites que como cuidadores hayan establecido.
• Establezca un buen equilibrio entre los privilegios y las responsabilidades, dando privilegios cuando cumplen las reglas o por buen comportamiento.
• Continúe fomentando el desarrollo de la empatía. No permita que usted u otros practiquen el castigo corporal (físico).
Como hasta ahora, esperamos que la información entregada sea de utilidad para ustedes, pensando en el bienestar de los niños, niñas y de vuestras familias. Sin duda esta pandemia ha venido a desafiarnos las múltiples formas, cambando nuestra estructura de vida y de relacionarnos unos con otros, pero sin duda también se puede ir transformando es una oportunidad de aprendizaje. En este caso, esperamos que lo anteriormente expuesto los oriente en como abordar las situaciones, que, en ocasiones, parecen complejas de resolver.
“Cuando la situación es buena, disfrútala.
Cuando la situación es mala, transfórmala.
Cuando la situación no puede ser transformada, transfórmate.”
- Victor Frankl-