Aguas Claras
Niños y pantallas: ¿cuáles son los límites?
Actualizado: 18 oct 2018
Ps. Marie-Anne Holloway.
Los niños, a diferencia nuestra, aún no desarrollan un criterio que les permita abstenerse o distanciarse de los objetos tecnológicos. Pueden estar horas frente a la pantalla, generar dependencia y demandar el acceso a éstas a través de una marcada frustración y malestar. ¿Cómo ponerle límites? ¿Cuánto y a qué edad?

Actualmente las tecnologías y el contenido digital forman parte de nuestro día a día. Las utilizamos en nuestro trabajo, en nuestra vida social, como alarma despertador, tiempo de juego, redes sociales, aplicaciones para encargar comida, pago de cuentas, calendario, etc. Todo lo podemos hacer a través de nuestro celular.
Que las tecnologías sean parte de nuestra realidad es un tema, sin embargo el acceso que tienen los niños a esta es un punto para tener en consideración. A diferencia de muchos de nosotros, los niños han crecido en la era de las tecnologías.
Los medios de comunicación entregan valores de consumo respecto de cómo tiene que desarrollarse la vida, muestran un mundo ideal y feliz, cargado de estímulos que generalmente están alejados de la realidad.
Las principales dificultades guardan relación con que los niños aún no desarrollan (por su periodo de desarrollo), a diferencia nuestra, un criterio que les permita abstenerse o distanciarse de los objetos tecnológicos. Pueden estar horas frente a la pantalla, generar dependencia y demandar el acceso a éstas a través de una marcada frustración y malestar.
Al mismo tempo, la mayoría de los juegos a los cuales se exponen los niños comprenden gran contenido de violencia, relacionado a armas y asesinatos. Por lo mismo, el acceso indiscriminado a estos juegos puede aumentar la ansiedad y conducta agresiva en los niños.
Otra dificultad, es que los niños poco a poco pierden el interés por el medio que los rodea ya que estos aparatos “abastecen” de manera ficticia, unilateral e inmediata sus necesidades. Por lo mismo tienen a ser más sedentarios ya que pueden estar mucho tiempo frente al televisor o con el celular.
No hay estudios que demuestren que el uso de aparatos eléctricos incremente la capacidad intelectual o desarrolle habilidades, al contrario, mientras más sentidos utilicen los niños en una actividad, mejor es su desarrollo y aprendizaje, cuestión que no incluye el uso de consolas, tablets o televisión.
En el caso de los adolescentes, el uso de los aparatos electrónicos y el acceso a las redes sociales promete un vinculo social ilusorio, lo que en ocasiones les ofrece un sentido de pertenencia e identidad, sin embargo no los vincula de manera real con sus pares.
En general, las desventajas de un uso excesivo de pantallas tiene que ver con menos tiempo de juego creativo, menos actividad física, aumento de la frustración y ansiedad, dificultades en el desarrollo de habilidades sociales y vínculos interpersonales. Por otra parte, los niños disminuyen el uso de su corporalidad, equilibrio, lenguaje y capacidad para resolver conflictos, junto con lo anterior, un uso excesivo puede causar trastornos del sueño. Además puede generar adicción y dependencia, la cual ha sido clasificada como un nuevo tipo de trastorno. Conjuntamente puede incluso generar problemas visuales como fatiga ocular, además de ofrecer acceso a contenido sexual inapropiado.
Teniendo en consideración lo anterior, la Academia Americana de Pediatría (2016), realiza las siguientes recomendaciones relacionadas al tiempo y calidad de los contenidos a los que están expuestos los niños.
- Primeramente se sugiere evitar todo tipo de pantallas antes del año y medio, exceptuando algunas situaciones como video llamadas con familiares.
- Entre el año y medio y los dos años la recomendación es MENOS de una hora al día. Al mismo tiempo se recomienda que los contenidos a esta edad sean de buena calidad y con un criterio que signifique contenido digital apropiado y supervisado por un adulto.
- Entre los 2 y 5 años se recomienda máximo una hora al día, la cual puede ser organizada a través de una alarma, al mismo tiempo siempre se recomienda que los contenidos sean de la calidad y el criterio de la edad de los hijos, con supervisión de los padres.
-A partir de los 6 años se considera que hay que promover un equilibrio entre los juegos y consumo de programas en la vida diaria de los niños, con no más de 2 horas diarias estableciendo horarios, supervisando el tipo de contenidos, promoviendo que no se vea afectado el sueño, actividad física y la relación con adultos y otros niños. Además se sugiere que en las familias existan horarios libres de contenido digital, como la hora de comer, antes de dormir, mientras hacen otras actividades como pintar o dibujar, evitando tener la conocida “tele de fondo”.
Al mismo tiempo se recomienda no tener aparatos electrónicos en el dormitorio. Evitar usar las pantallas como chupete en salas de espera, restaurants o mientras los adultos hacen sus actividades. Los niños tal como nosotros en nuestra infancia pueden desarrollar la capacidad de regularse en ambientes públicos, manejando la frustración y desarrollando la paciencia.
- También puede ser de gran ayuda destinar ciertos horarios del fin de semana para que destinen tiempo para el juego en pantalla, lo que deja espacio libre para desarrollar otro tipo de actividades durante la semana.
Lo fundamental es la supervisión de padres y cuidadores para tener una relación positiva con la tecnología. Junto con promover la comunicación con los hijos enseñándoles el riesgo que puede existir en internet. Al mismo tiempo es importante no satanizar el uso de las tecnologías ya que actualmente son inherentes a nuestra realidad y pueden ser un gran aporte en la medida que se les da un buen uso, pudiendo ser un medio eficaz de trabajo e información. Lo importante es encontrar un equilibrio.
Es por esto que la invitación es a organizarse y llevar una vida con acceso moderado a las tecnologías, promoviendo siempre la exploración con el medio, vínculos interpersonales estables, creatividad e imaginación, sembrando un crecimiento integral en la primera infancia.
Actualmente las tecnologías y el contenido digital forman parte de nuestro día a día. Las utilizamos en nuestro trabajo, en nuestra vida social, como alarma despertador, tiempo de juego, redes sociales, aplicaciones para encargar comida, pago de cuentas, calendario, etc. Todo lo podemos hacer a través de nuestro celular.
Que las tecnologías sean parte de nuestra realidad es un tema, sin embargo el acceso que tienen los niños a esta es un punto para tener en consideración. A diferencia de muchos de nosotros, los niños han crecido en la era de las tecnologías.
Los medios de comunicación entregan valores de consumo respecto de cómo tiene que desarrollarse la vida, muestran un mundo ideal y feliz, cargado de estímulos que generalmente están alejados de la realidad.
Las principales dificultades guardan relación con que los niños aún no desarrollan (por su periodo de desarrollo), a diferencia nuestra, un criterio que les permita abstenerse o distanciarse de los objetos tecnológicos. Pueden estar horas frente a la pantalla, generar dependencia y demandar el acceso a éstas a través de una marcada frustración y malestar.
Al mismo tempo, la mayoría de los juegos a los cuales se exponen los niños comprenden gran contenido de violencia, relacionado a armas y asesinatos. Por lo mismo, el acceso indiscriminado a estos juegos puede aumentar la ansiedad y conducta agresiva en los niños.
Otra dificultad, es que los niños poco a poco pierden el interés por el medio que los rodea ya que estos aparatos “abastecen” de manera ficticia, unilateral e inmediata sus necesidades. Por lo mismo tienen a ser más sedentarios ya que pueden estar mucho tiempo frente al televisor o con el celular.
No hay estudios que demuestren que el uso de aparatos eléctricos incremente la capacidad intelectual o desarrolle habilidades, al contrario, mientras más sentidos utilicen los niños en una actividad, mejor es su desarrollo y aprendizaje, cuestión que no incluye el uso de consolas, tablets o televisión.
En el caso de los adolescentes, el uso de los aparatos electrónicos y el acceso a las redes sociales promete un vinculo social ilusorio, lo que en ocasiones les ofrece un sentido de pertenencia e identidad, sin embargo no los vincula de manera real con sus pares.
En general, las desventajas de un uso excesivo de pantallas tiene que ver con menos tiempo de juego creativo, menos actividad física, aumento de la frustración y ansiedad, dificultades en el desarrollo de habilidades sociales y vínculos interpersonales. Por otra parte, los niños disminuyen el uso de su corporalidad, equilibrio, lenguaje y capacidad para resolver conflictos, junto con lo anterior, un uso excesivo puede causar trastornos del sueño. Además puede generar adicción y dependencia, la cual ha sido clasificada como un nuevo tipo de trastorno. Conjuntamente puede incluso generar problemas visuales como fatiga ocular, además de ofrecer acceso a contenido sexual inapropiado.
Teniendo en consideración lo anterior, la Academia Americana de Pediatría (2016), realiza las siguientes recomendaciones relacionadas al tiempo y calidad de los contenidos a los que están expuestos los niños.
- Primeramente se sugiere evitar todo tipo de pantallas antes del año y medio, exceptuando algunas situaciones como video llamadas con familiares.
- Entre el año y medio y los dos años la recomendación es MENOS de una hora al día. Al mismo tiempo se recomienda que los contenidos a esta edad sean de buena calidad y con un criterio que signifique contenido digital apropiado y supervisado por un adulto.
- Entre los 2 y 5 años se recomienda máximo una hora al día, la cual puede ser organizada a través de una alarma, al mismo tiempo siempre se recomienda que los contenidos sean de la calidad y el criterio de la edad de los hijos, con supervisión de los padres.
-A partir de los 6 años se considera que hay que promover un equilibrio entre los juegos y consumo de programas en la vida diaria de los niños, con no más de 2 horas diarias estableciendo horarios, supervisando el tipo de contenidos, promoviendo que no se vea afectado el sueño, actividad física y la relación con adultos y otros niños. Además se sugiere que en las familias existan horarios libres de contenido digital, como la hora de comer, antes de dormir, mientras hacen otras actividades como pintar o dibujar, evitando tener la conocida “tele de fondo”.
Al mismo tiempo se recomienda no tener aparatos electrónicos en el dormitorio. Evitar usar las pantallas como chupete en salas de espera, restaurants o mientras los adultos hacen sus actividades. Los niños tal como nosotros en nuestra infancia pueden desarrollar la capacidad de regularse en ambientes públicos, manejando la frustración y desarrollando la paciencia.
- También puede ser de gran ayuda destinar ciertos horarios del fin de semana para que destinen tiempo para el juego en pantalla, lo que deja espacio libre para desarrollar otro tipo de actividades durante la semana.
Lo fundamental es la supervisión de padres y cuidadores para tener una relación positiva con la tecnología. Junto con promover la comunicación con los hijos enseñándoles el riesgo que puede existir en internet. Al mismo tiempo es importante no satanizar el uso de las tecnologías ya que actualmente son inherentes a nuestra realidad y pueden ser un gran aporte en la medida que se les da un buen uso, pudiendo ser un medio eficaz de trabajo e información. Lo importante es encontrar un equilibrio.
Es por esto que la invitación es a organizarse y llevar una vida con acceso moderado a las tecnologías, promoviendo siempre la exploración con el medio, vínculos interpersonales estables, creatividad e imaginación, sembrando un crecimiento integral en la primera infancia.
Ps. Mari-Anne Holloway
Referencias:
American Academy of Pediatrics (2018). Disponible en:https://www.healthychildren.org/spanish/family-life/media/paginas/the-benefits-of-limiting-tv.aspx