Aguas Claras
Dar tiempo al ocio
Autor: Marie-Anne Holloway

Actualmente, nos vemos inmersos en un mundo productivo, rápido y estructurado que delimita nuestro actuar y el de los niños y niñas constantemente. Desde las primeras horas del día existe una agenda que rige los tiempos de nuestro día. Despertar, desayunar, salir de la casa, entrar a clases o al trabajo, salir a recreo, programas de reuniones, colaciones, almuerzos, deportes, salidas, etc. Nuestro día a día está constantemente mediado por tiempos y rutinas.
Las largas jornadas escolares dan cuenta de la cantidad de tiempo que continuamente les exigimos a los niños para que funcionen y rindan de manera adecuada. Además de los horarios académicos, muchos participan de talleres o actividades extra-programáticas para desarrollar algún aspecto que queda fuera del itinerario: clases de violín, guitarra, karate, pintura, yoga, fútbol, clases particulares de matemáticas, inglés, lenguaje (o cualquiera que refuerce algún área donde existen mayores dificultades). Por lo mismo es interesante sacar a la luz el concepto de ocio, razón que sin duda alguna puede mejorar la calidad de vida en la infancia.
Con tiempo de Ocio se hace referencia al espacio libre, de descanso, de no hacer nada, alejados de la tarea constante de destinar e invertir tiempo en algo que sea productivo. Dedicar un espacio para el ocio puede ser tremendamente ventajoso e implica invertir tiempo en el bienestar emocional y físico, un tiempo fuera de lo rutinario del día a día, que permita disfrutar de un momento de la jornada. Un ejercicio podría ser preguntarles a los niños y niñas ¿Qué les gustaría hacer, qué los hace feliz, qué disfrutan? Frente a esta sencilla pregunta las opciones son múltiples y dependen de cada uno, podría ser un paseo por la plaza, ir a la playa, cocinar, ver algún programa de televisión, hacer un picnic, ver una película nueva, o simplemente destinar un rato a reposar y estar sentados cómodamente donde quieran, incluso una siesta puede ser gratificante y reconfortante, en fin, las opciones pueden ser miles.
Es fundamental dedicar tiempo al ocio en la infancia, puede ser una hora cada día o un día a la semana, espacio que desde un comienzo sea destinado a disfrutar y compartir, dejando fuera la instrucción diaria y la constante evaluación que el cumplimento de la rutina diaria obliga a hacer.
Además es importante que los padres, en cierta medida, participen en estos espacios de ocio, promoviendo que tanto ellos como sus hijos disfruten de un panorama diferente y entretenido, donde el mensaje puede ser que ambos lo pasen bien, no solo por sus logros sino que también por sus gustos y preferencias.
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